🌦🌧☔ La expectativa: elegante y británica ➡️ ¡Reto aceptado! 😄

🔥☀ Pero la realidad fue otra: ¡Londres en modo horno!

El día empezó prometedor: 31 grados a la sombra, y el ☀ sol ardía como una tetera desbordada. Clima perfecto para meterse en las entrañas de un autobús de dos pisos 🚌 – por supuesto, primera fila arriba 🥵
Tras 26 paradas 🚏 y al menos tantas veces el “mind the gap”, apareció el espíritu aventurero:
15 kilómetros a pie 👣🐾 sobre un asfalto incandescente 🔥, pasando por infinitos lugares fotogénicos 🏛💒🏰⛲🌁🎡 que unos 3.000 turistas más intentaban capturar al mismo tiempo 🤳📸📹📽
Fue como una peregrinación colectiva en pantalones cortos 🩳 y chanclas 🩴, todos en busca del alma británica… o de un ventilador que funcionara 🚿❄
La sed constante nos llevó de biergarten en biergarten, pagando nada menos que 7 £ (9 €) por una pinta 🍺 😨

💷 Por cierto: los billetes británicos de plástico son tan rígidos que podrían desgarrar tu bolsillo 🪚😆
Y claro, no podía faltar el mítico 🐟 fish and chips – crujiente por fuera, nostálgico por dentro 🤤

Al final del día, el calor seguía sin piedad, y nos preguntábamos si el London Eye 🎡 seguía girando o era nuestra presión arterial la que estaba a punto de colapsar 😵‍💫🥴

💬 Nuestra conclusión: Caro! Lleno! Sudoroso! Pero precioso 😍

Y sí – hace 20 años todo era mejor… pero al menos ahora lo subimos a Instagram 🤣